2ª Parte; Artrosis de rodilla

Imagen 2ª Parte; Artrosis de rodilla Inflamación de rodilla Inflamación de rodilla

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Autor: Fernando Álvarez
Fernando FISIOTERAPIA Y OSTEOPATÍA
07/12/2023
Fisioterapia
Kinesiología
Osteopatía

continuamos con el acercamiento a la monoartrosis de rodilla

2º parte artrosis de rodilla.

En esta continuación del anterior artículo sobre la artrosis, queremos profundizar en la monoartrosis y los posibles desencadenantes mecánicos. Ten en cuenta que salvo que hayas generado una artrosis de rodilla a temprana edad, será muy muy difícil sanarla, debido a lo que te voy a contar ahora, sumado a otros aspectos como la menor capacidad del organismo al paso de los años, aunque no hay nada imposible.

Bien, ¿Cuál puede ser una vía habitual para que a los sesenta o setenta tengas una artrosis de rodilla? Los procesos mecánicos que va desarrollando tu aparato locomotor para adaptarse a las circunstancias que le van sobreviniendo.

Creo que lo mejor es poner un caso que se da con frecuencia…

Tienes nueve años y ya controlas el tema de montar en bici, pero un día te topas con un montoncito de arena en una curva y zasca, contra la acera y de ahí a un montículo de tierra y piedras, caes de lado, golpeándote la pelvis. En fin, quedas dolorido por quince o veinte días, pero poco a poco va bajando el dolor hasta que ya no notas nada… genial, se ha curado, así que sigo con mi vida normal y este acontecimiento queda en el recuerdo o incluso el olvido.

Pero vamos a ver qué pasa dentro del cuerpo.

Voy a tope, pedaleando, desde cerebro/mente piden más fuerza, más energía y lo doy todo y además también disfruto de la actividad potente, me ayuda a crecer, a mover sangre, energía, puedo activar sistemas que en otro estado no podría. Vamos a tope de adrenalina, todo bajo control… o no. De repente, contraordenes desde arriba, hay un imprevisto en la calle, parece que no vamos a poder evitarlo, la adrenalina ya va a tope… y ZASCA!! Perdemos el control y tenemos un fuerte impacto en la zona de la pelvis.

Vale, han pasado unos segundos, vamos a testear el sistema; aviso a todos los tejidos del aparato locomotor, manden información sobre su estado... Ninguna herida interna, pequeñas rozaduras en la piel, pero una dislocación de gravedad media en una cadera. Es necesario hacer unas adaptaciones para aliviar tensión en esa zona, rotando un poco el fémur (lo que hace que nuestra rodilla tenga un poquito más de fricción de lo deseado), bloqueando la articulación sacroilíaca contralateral, una verterá lumbar, otra cervical, otra corrección en el tobillo de la cadera dislocada y listo, hemos dispersado la tensión brutal que había en una zona de la cadera por todo el sistema, con lo que el riesgo de lesión articular se reduce al mínimo.

Intentemos volver a montar… y bueno, con dolor, pero podemos. Van pasando los días y buena parte del sistema fascial, muscular y osteoarticular están sufriendo, todos los ajustes que hubo que hacer generan un exceso de tensión, pero evitan riesgos de lesiones, así que, de momento, es lo que hay, habrá que adaptarse. Pasan unos días más y poco a poco, los tejidos se acostumbran a la nueva situación… sin ayuda exterior, no hay manera de volver al estado inicial. Unos días más y ya nadie se queja, todos los tejidos son ya capaces de mantener la nueva situación sin sufrir excesivamente… se acabó el dolor, aunque hay zonas de tensión y las que peor parte llevan son articulaciones donde las superficies articulares ya no encajan tan a la perfección como antes, pero es lo que hay.

Tal vez medio siglo después… ese acontecimiento sumado a otros anteriores y posteriores acaban por generar una herida en la superficie articular de una rodilla. Saltan las alarmas… últimamente había un dolor que iba “in crescendo”, pero se podía soportar, pero ahora… es punzante, incapacitante, se hincha la rodilla, casi no puedo caminar.

Total, primera crisis de artrosis. Vas al médico, se realizan las pruebas correspondientes y se confirma el diagnóstico inicial: ARTROSIS DE RODILLA. Habrá que arrancar con la estrategia de tratamiento, algo de fisioterapia, analgésicos, colágeno, un poco más adelante, infiltraciones, tal vez plasma… y bien, lo mantenemos a raya, con mucho esfuerzo, dedicación y en algunos casos, bastante dinero.

Pero la artrosis sigue ahí, no se irá nunca, porque todo tu aparato locomotor está soportando un montón de adaptaciones que ha tenido que desarrollar a lo largo de los años para poder ir sobrellevando las diversas crisis mecánicas que se han ido produciendo.

¿Y qué pasaría si te hicieras un tratamiento con otra visión más global? ¿Un enfoque holístico? ¿podrías llegar a revertir esos procesos artrósicos?

¡¡Yo creo que sí!!

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