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Paradigma Índigo
Las nuevas generaciones y los nuevos horizontes y retos de educadores y padres.
En los últimos tiempos, quizá desde hace unos treinta años, estamos viendo, padres y profesionales de la educación, cómo aumentan los casos de niños que tienen una gran capacidad para realizar muchas actividades y parece como si se sintieran insatisfechos con todas ellas, dejando por terminar casi todas y prestando atención a alguna de forma más constante.
Es como si necesitaran de la experimentación para obtener un gran espectro de experiencias con las que darse cuenta de cuál es la que les satisface, o mejor: es como si tuvieran que experimentar todo con el deseo de redescubrir algo que parece que ya conocían y cuando encuentran algo que no dominan se entretuvieran hasta conseguir su meta.
En la psicología tradicional encontramos esa forma de actuar con el apelativo de hiperactividad; estando ligada o no a déficit de atención, y es una forma de manifestación de diferentes desórdenes mentales que pueden tener diversos antecedentes por lo que se hace necesario un procedimiento de diagnóstico para saber qué causa la motiva.
Tanto padres, como profesionales de la educación, hemos tenido experiencias con niños sin problemáticas determinantes que han mostrado conductas hiperactivas de forma ocasional. Lo que tenemos que tener en cuenta es que el hecho de que un niño o un adulto muestre esta conducta de forma puntual no establece ningún tipo de problemática, si no es una conducta predominante o constante de actividad.
No es nuevo el hecho de detectar esta conducta hiperactiva en algún niño; pero sí hay dos novedades: encontrar que no hay una causa clara, o que no aparece como determinante, de este tipo de conductas, y que el número de casos es cada vez mayor en todo el mundo.
Por otra parte ya se ha estado replantando el concepto de hiperactividad y sus consecuencias, desligándola ocasionalmente del déficit de atención, y clasificándola como una forma conductual sin antecedente anómalo y que no tiene por qué interferir en el conocimiento y su comprensión.
En esta exposición no se trata tanto de revisar el concepto la hiperactividad, como lo que implica y lo que se puede hacer con este tipo de conductas permanentes.
En cuanto a lo que implica, está claro, sobre todo para los padres: el niño necesita estar atareado con muchas más actividades de las que un adulto puede tener en mente, con lo que es un reto el poder tenerlo ocupado.
Esta problemática ha llevado a "domesticar" este tipo de conductas a través de las drogas, más con el propósito de crear un tipo de "bienestar familiar y escolar" que el de crear una mejora en la persona que lo manifiesta a través de un correcto diagnóstico de deficiencia química orgánica.
Nunca he tenido a bien el uso de fármacos, si no ha sido para facilitar la producción orgánica de las sustancias en déficit, y esto de forma muy dirigida y sin que pueda llegar a generar dependencia.
Pienso que si el "organismo completo" necesita algo lo puede generar en las condicionesadecuadas, por lo que se trata de encontrar esas circunstancias óptimas o procedimientos, del tipo que sea (psicológico, clínico, sociológico,...)
Las propuestas educativas para la hiperactividad están íntimamente relacionadas con el diagnóstico de la causa que motiva este tipo de conducta.
Los casos de hiperactividad relacionados con déficit de atención, están ligados con una dificultad para comprender y asimilar la información, con lo que esto se refleja en unos cocientes intelectuales cuyos resultados son límites o por debajo de los varemos de normalidad.
Con esto, la primera de las acciones, por parte de los educadores, será la de solicitar un estudio neurológico y psicológico que pueda determinar la causa y el CI (cociente intelectual).
La paciencia y el hecho de contar con un buen "almacén" de actividades son otras de las necesidades lógicas.
Ahora bien, el "problema" escapa a las disposiciones habituales si no hay causa aparente yademás el CI es alto o muestra alta una de las áreas del estudio.
Estos son los casos que han llamado la atención y los que han obligado a la comunidad científica a investigar en áreas como la estructura genética de estos individuos, llegando a nuevas hipótesis que sugieren que estamos ante una nueva y clara evolución del ser humano.
A parte de que esto sea de una forma o de otra, la realidad es que tenemos hijos y educandos que necesitan una respuesta educativa coherente a sus necesidades, lo que implica un nuevo paradigma y una reconceptualización de la educación y el proyecto educativo.
Estos seres humanos ya fueron detectados por inquietos y profesionales de ramas alternativas a las ciencias "ortodoxas" desde hace años, como el caso de la investigadora Nancy Ann Tappe, quien los identifica y nombra en su libro, editado en 1982, 'Entendiendo su vida a través del color" como Niños índigo.
Cuando fue entrevistada y le preguntaron por qué los llamaba así, ella .contestó "ese es el color que veo. ... Yo miro el color de vida de las personas para conocer cuál es su misión aquí".
El color índigo es el que se le atribuye al segundo rayo de forma exotérica o abierta, cuyascaracterísticas son el amor y sabiduría universal, la intuición, la introspección, la cooperación y la filantropía, y al quinto, de forma esotérica u oculta, y cuyas características son el conocimiento concreto y la ciencia, influyendo en la educación y haciendo crecer la ciencia.
Las experiencias de padres y educadores en general no sólo están basadas en la inquietudconstante de estos niños, si no que además son rebeldes, que no acatan la autoridad porque sí, que no socializan en la escuela fácilmente y que parece que tienen su respuesta para todo, no encajando en la que pueden tener otras personas. Necesitan experimentar por sí mismos.
La forma de actuar del educador ante los retos en que estos niños y adolescentes nos instalan, esta basada en la más honesta comprensión de nuestras convicciones y parámetros.
El reto, por tanto, sólo puede solucionarse bajo la misma perspectiva de honestidad.
Dicho de otro modo: a un niño índigo no se le va a callar con un "porque sí", "porque yo lo digo", 'porque siempre ha sido así" o "porque lo dice tal o cual persona". Lo que hará si no le convence es seguir experimentando hasta descubrir el verdadero porqué, sin importar castigos o reprimendas. Esta faceta, y no la única, conduce a innumerables preocupaciones y sinsabores a padres y educadores anclados en las antiguas filosofías y formas de educar.
Todo esto quiere decir que tenemos ante nosotros lo que hemos estado pidiendo durante muchos años:
1. motivo urgente para cambiar el obsoleto sistema educativo que no se adecua a las características individuales de los alumnos.
2. aliados dentro de los hogares para que la honestidad sea uno de los valores que
enriquezcan al ser humano.
Esto sin contar con todas las demás repercusiones en los niveles de conciencia y espiritualidad.
¿Qué hacer ante tamaño desafío? … ¡Seguir adelante!
Los Niños Índigo necesitan que el Sistema Educativo cambie para que no sea un "sistema único", ni no un "sistema unificado" para dar respuesta individual a cada expectativa educativa, que es como inicialmente surgió.
Con esto sobra la identificación de "niños especiales"; ya que es especial aquello que se sale de la norma, y por lo que se está viendo todo niño es diferente y susceptible de obtener una educación adecuada a sus expectativas de vida y sus talentos individuales.
Bajo el paradigma actual, claro que es bien extraño para todo educador el pensar que tiene que atender a cada educando de una forma tan individual como la expuesta, pues se necesitaría poder dividirse en tantas partes como individuos estén a su cargo o que cada alumno pudiera contar con un profesor o con un padre-madre sólo para él.
Por tanto, estamos hablando de una revolución en todo el sistema educativo.
¿De qué manera es esto posible?
La primera característica que deberíamos tener en cuenta cuanto antes es que los alumnos o los hijos no son parte de nuestro cuerpo; tienen el suyo y tienen que saber cómo funciona.
Además, hablando de forma globalizada, somos seres individuales, cada uno con nuestras propias necesidades, que no son las que otros seres, por muy evolucionados que se crean (padres y educadores en general) tienen o puedan haber tenido a tal o cual edad.
Las clasificaciones y agrupaciones tipológicas, en todas las ciencias, se hacen necesarias para poder atender las necesidades que puedan surgir, pero no son preceptivas. De hecho no lo son, o no parece que lo sean, más que en la educación del hombre.
Quizá esto se deba a que aun aceptando el hecho de la evolución del hombre, parece que eso no es imperativo más que en el pasado.
También es un hecho, compartido por todos, que la tecnología y nuevas formas de pensamiento están marcando saltos cuánticos en la conciencia y en las capacidades del ser humano.
Recuerdo un hecho especial como lo que alteró sustancialmente mi forma de plantear la educación, un hecho bien simple, pero que me gusta compartir porque pienso que es esclarecedor:
Cuando comenzaba dando clases a grupos grandes de niños de seis años, preparaba material metodológico para áreas concretas que deseaba tratar. El hecho es que un día no me fue posible terminar todo el material, así que me presenté en el aula con lo que tenía hecho y con todo el resto de los útiles para hacerlo. Lo maravilloso fue que se me ocurrió dar el material y las instrucciones para que construyeran lo que yo hubiera querido llevarles, con la particularidad de que les di las instrucciones al revés; o sea, les comenté que deseaba enseñarles y cómo debía estar terminado el material para dar el tipo de clase que estaban acostumbrados.
El resultado fue impresionante y maravilloso, porque así me pareció. Sí, sé que es simple, pero funciona: sólo necesitaron SABER qué es lo que yo pretendía construir y para qué, y lo hicieron; pero no sólo eso; lograron los objetivos que yo pensaba desarrollar a través de la manipulación de ese material. Resultó divertido, mucho menos laborioso para mí y más interesante para todos. Un éxito.
A partir de entonces cambié radicalmente mi estrategia y además me di cuenta de que ellos sólo necesitaban saber dónde quería llevarlos y ellos podían llegar sólo con mi guía.
Esto simplificaba radicalmente mi tarea y hacía del aula un lugar de experimentación. Sí, de ensayo y respuesta. Con esto la educación "sólo" consiste en idear estrategias para que el alumno consiga llegar al conocimiento por él mismo. Eliminamos la memorización y aumentamos la capacidad de búsqueda de respuestas individuales a través de estrategias que puedan ser grupales.
Desde mi perspectiva esta pre-metodología permite realizar un verdadero campo de trabajo del aula en matemáticas, geografía, lenguaje, idiomas,... que a veces interactúan, dándole mayor sentido a todo el aprendizaje.
Si tenemos en cuenta las necesidades individuales, de cada niño, y le permitimos su libertad, inherente a su naturaleza, llegamos a contar con verdaderos maestros capaces de sorprendernos y dejar nuestros conocimientos como insuficientes en muchas ocasiones. (Quizá ese pueda ser el problema para más de un adulto: plantear su superación como un reto y querer ser mejor persona)
Es bueno asumir ese reto porque de él saldremos más sabios, no ya con más conocimientos, si nocon más capacidad de dar respuesta a interrogantes propios y ajenos. Eso sí, deberemos estar en continua formación propia y búsqueda de lugares y fuentes que puedan resolver esos "problemas" de la forma más eficaz. (Recordemos que el tiempo sí importa para estos niños que lo quieren todo ya)
Me despido con una pequeña oración desde mi corazón: gracias Padre por la oportunidad y el reto de buscar en el Universo para satisfacer la sed de conocimiento y así estar más cerca de Ti.
Con mi gratitud te solicito la comprensión del Amor Incondicional para reconocer esta búsqueda que está presente en todos los corazones.
Y así es.
Ángel Luis Morales López
Aprendiz del Amor Incondicional